martes, 20 de abril de 2010

MESSI, EL BARÇA Y LA SELECCIÓN

MESSI, EL BARÇA Y LA SELECCIÓN
Por Ricardo Petraglia *

El desempeño de Lionel Messí en el Barcelona lo ha catapultado en gran parte de la prensa deportiva y en los aficionados al fútbol como el mejor jugador del mundo del momento. Sin embargo, en la Argentina, en cualquier mesa de café, reunión de amigos o paneles periodísticos radiales o televisivos se comenta y discute acerca de su actuación en la selección nacional en donde no se ha notado su “ calidad superior”, esa diferencia y condición excepcional que muestra habitualmente cuando juega con la azulgrana.
La Argentina debe ser uno de los países mejor dotado por la naturaleza con una amplia geografía, generosos recursos naturales y recursos humanos de buen nivel. Cualquier extranjero que la visita, no puede entender que pase vicisitudes económicas, que tenga casi un 30% de su población en la pobreza y que muchos de los argentinos pasen hambre o desnutrición.
Ambos casos – Messi y la Argentina- dan lugar a una enorme cantidad de argumentaciones justificando o condenando la situación de uno y de otro, cargando las tintas y responsabilidades a condiciones internas y externas que desencadenan los malos desempeños de la Azul y Blanca.
De Messi se dice, entre otras cosas, que en el Barcelona está rodeado por algunos de los mejores jugadores del mundo –cosa que es cierta- y que esa es la razón de su excepcional desempeño, de la soltura y la creatividad que demuestra en cada partido. Es un buen fundamento, pero al que, en mi humilde opinión, le falta un complemento: el Barcelona tiene un Proyecto de juego, una estrategia y una táctica que hace que ese “dream team” se lleve todas las copas a su casa. El Proyecto está en la capacidad del D.T. para analizar en macro al rival a derrotar, y qué rol debe desempeñar cada jugador en defensa, en el medio campo para la creación de jugadas y en el ataque para producir lo que determina el resultado del partido: goles.
La Argentina no ha tenido a lo largo de sus 200 años de vida como país más que un puñado de buenos Proyectos Nacionales que marcaran un modelo de país capaz de transformar sus excelentes condiciones en una Nación Desarrollada ( meta que por distintas circunstancias no se consiguió). Para esto hay que tener una visión real y concreta de las condiciones en que está el país, cual es su relación en el contexto internacional y cómo establecer las jugadas (Políticas de Estado) para conseguir el resultado deseado. Saber cómo defender el propio arco (producción, trabajo, salud, educación, igualdad de oportunidades, seguridad, justicia, contención social, energía, recursos naturales), el “medio campo” para la creación de jugadas (incentivo por parte del Estado para la inversión y creación de riquezas y fuentes de trabajo, hacer fuerte al mercado interno –una forma de mejorar la distribución de la riqueza -, lograr excelencia educativa en todo el territorio e incentivar las carreras que hagan falta para ese Proyecto de país, contemplar la integración geográfica a través de Polos de desarrollo en las distintas regiones con buenas vías de comunicación ferroviaria, vial, fluvial, marítima y aérea, prevención en salud, fuerzas de seguridad competentes –y honorables-, política de viviendas, buenos controles a la provisión de servicios, políticas energéticas, cuidado del medio ambiente) y, a partir de esto pergeñar el “ataque” ( Ser competitivos, inversión en Ciencia y Tecnología, estudiar los nichos de mercado en el marco internacional, impulsar el crédito hacia lo conveniente, ejercer Políticas Internacionales desde los intereses nacionales – no desde el amiguismo- tratar de aumentar las exportaciones con valor agregado, combatir la inflación estimulando la mayor producción para que la oferta sea mayor que la demanda y haya saldos exportables)
Cuando el Barça se llevó a un Messi adolescente aquí lo rechazaban por petiso. Ellos lo hicieron crecer física y futbolísticamente. Seguramente si la selección funciona como un verdadero equipo se va a “destapar” y meterá los goles que nos hagan falta.
Si los argentinos logramos consensuar Políticas de Estado confluyentes hacia un Proyecto Nacional – tal como lo hiciera Arturo Frondizi del 58 al 62- seguramente podremos ganar el campeonato.

*Presidente del bloque de concejales del Movimiento de Integración y Desarrollo de Junín (B)